lunes, 19 de noviembre de 2012

La dura vuelta a casa

Puede que no sea lo importante. A fin de cuentas y por mucho que la Dirección General de Tráfico nos haya aleccionado sobre lo importante de la vuelta, casi siempre preferimos el emocionante camino de ida, con sus descubrimientos y la sensación de aventura, que el reencuentro con los paisajes que habíamos perdido, cuando emprendemos la vuelta a casa.

Eso no resta un ápice de felicidad cuando por fin nos sentamos en nuestro ajado sillón con lamparones, nos calzamos nuestro pijama más cómodo y, suspirando tal vez, decimos para nosotros: "estoy en casa". Pero casi al instante nos invade una sensación de vacío, una añoranza del camino recién abandonado, que nos hace volver a pensar en nuevas etapas, nuevos desafíos y, ¿porqué no?, una nueva ilusión.

He pasado mucho tiempo lejos de esta casa construida casi por descuido, con frágiles materiales trenzados de forma inexperta por unas manos poco habilidosas. En ese tiempo no diré que no la he añorado, aunque estando relativamente cerca, sería poco creíble. Me sentía bien lejos de ella, olvidando las pequeñas reparaciones que nunca acometí, las ñapas eternas que nunca encontraba tiempo para llevar a buen puerto, y los recuerdos. Sobre todo los recuerdos de lo que se soñé. De aquellas ideas que dieron lugar a historias sin final marchitas en el desierto de la realidad.

Pero ayer miré, con descuido, hacia aquí. Entre la maleza que ha crecido en el jardín y el montón de periódicos amontonados en la puerta, reconocí ese lugar cómodo, agradable y seguro donde podía descansar y tejer mi felicidad con hilos de inocencia.

Tal vez era la hora de volver, o quizá no lo fuese y me he equivocado. No lo sé. Puede que no tarde en volver a perderme en nuevos caminos por descubrir, pero mientras tanto, disfrutaré un poco del descanso que da sentirse en casa de nuevo. Y ya de paso, si puedo, arreglaré algún grifo que gotea, la repisa que se cayó con el peso de los cómics amontonados, y puede que me suba al tejado a orientar de nuevo la antena. Pero eso no será hoy, claro. Ni posiblemente nunca.

4 comentarios:

  1. Que bien escribes tio... Gracias por mantener esto vivo.
    Un abrazo.

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  2. que bonito JOS, está muy bien escrito y tiene un significado que seguro que a todo el que lo lea le transmite buenos recuerdos :)

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  3. Lo cierto es que al no haberlo compartido en ninguna red social, pensé que no lo leería nadie. Pero me alegra saber que los amigos se pasan a saludar cuando ven que hay luces en casa.

    Gracias a todos.

    P.D.: Luis, te quiero ver. YA.

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