
En realidad a mí no me apetecía darle demasiado protagonismo a ésta ubicación (me encanta llevar los muertos a la calle, a las oficinas, a los aseos públicos, más que a un anatómico forense), puesto que la escena llega muy al principio, pero cuando vi las páginas de Luis, tuve que reconocer que merecía la pena sacarle más jugo. Es lo bueno de trabajar en equipo, que al final el cómic no será todo lo bueno que yo sea capaz de escribir ni todo lo bueno que Luis sea capaz de dibujar, sino una conjunción que hará que lo que yo pueda aportar se sume al talento de Luis, y tengamos un producto mucho más contundente de lo que cada uno de nosotros por separado pudiera haber conseguido.
Esperemos que os guste.
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